Este artículo sí contiene spoilers al tratarse de una crítica de opinión
Emmanuel Mouret regresa al Festival Internacional de Cine de #Gijón (FICX) por todo lo alto con su nueva cinta “Chronique d´un amour ephemere”, en castellano, “Crónica de un amor efímero”, un relato sobre la volatilidad (o no) de los sentimientos en la sociedad actual que tuvo anoche su premiere española en el Teatro Jovellanos de Gijón.
Hace dos años, Mouret participó en el #FICX también en la sección Albar, con la aclamada “Las cosas que decimos, las cosas que hacemos” y, en esta ocasión, repite su fórmula de éxito, apostando por una comedia romántica que hizo las delicias del público asturiano, cuyas risas interrumpieron el habitual silencio de las proyecciones durante gran parte de la noche.
“Crónica de un amor efímero” nos relata los encuentros entre Charlotte y Simón, encarnados por la reconocida intérprete Sandrine Kiberlain, y Vincent Macaigne, que forman una inesperada dupla rebosante de química en pantalla. Ambos comparten una serie de citas extramatrimoniales que comienzan como un juego inocente y despojado de emocionalidad pero en el que pronto comienzan a verse implicados sentimientos difíciles de reconocer en un primer momento.
Sin necesidad de recurrir a más personajes, el director francés nos deleita con un #guion de espléndidos diálogos y reflexiones profundas sobre el #amor, la pasión, las relaciones y la posibilidad de cruzar tu camino con el de otro sin que ello suponga un vínculo. Además, la película cuenta con un excelente ritmo, apoyado también en la agilidad no sólo de las palabras, sino de los movimientos de los actores, con muchos planos secuencia y escenas en las que en ningún momento los protagonistas se mantienen estáticos, como una sutil pero clara referencia a lo efímero del tiempo que comparten. Tal y como reflexiona la protagonista en un momento dado del film:
“Nada es siempre igual. Mañana podríamos quedar y ya no sería igual que hoy. Yo habré envejecido un día, habré cambiado mi ropa e incluso algunas de mis ideas no serán las mismas”.
Como una deliciosa casualidad (o no), este relato sobre el amor líquido (aquel que fluye en la indefinición de su propia existencia) tiene lugar en #París, capital mundial del #romanticismo. Supongo que incluso París, como todos los referentes, tiene que actualizarse en algún momento. Sin lugar a dudas, “Crónica de un amor efímero” ha sido un grato descubrimiento en esta 60º edición del Festival de Cine que llega a su fin el sábado 19 de noviembre con otro film francés del que os hablaremos muy pronto. ¡Hasta pronto!
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