Os contamos algunas de las diferencias entre el libro y la serie de Sombra y Hueso.
Ha pasado casi un mes desde que #Netflix estrenó la adaptación homónima del libro Sombra y Hueso de Leigh Bardugo y todavía no lo hemos superado.
El pasado 23 de abril, la plataforma digital ponía a disposición de los ansiosos #fans del mundo Grishaverse los ocho capítulos de la primera temporada de Sombra y Hueso, donde Alina Starkov (Jessie Mei Li), una joven soldado Ravkana, descubre su poder, un poder que puede salvar a su país de la oscuridad, pero que la obligará a luchar contra las diferentes fuerzas que maquinan en su contra.
Y aunque se mantiene el hilo principal de la historia, los acérrimos lectores de la novela superventas (como yo) se han dado cuenta de los grandes cambios que ha supuesto su adaptación a la gran pantalla. Y puede que estén o no de acuerdo con ellos. No quiero entrar mucho en detalle de cada una de las modificaciones que Eric Heisserer ha hecho, pero he de avisar a los no lectores de la saga, o a los que todavía están por ver la serie, que vienen SPOILERS.
El más obvio de los cambios es que los personajes de la bilogía Seis de Cuervos —Kaz (Freddy Carter), Jesper (Kit Young), Inej (Amita Suman), Nina (Danielle Galligan) y Matthias (Calahan Skogman)—, que no aparecen en la trilogía Sombra y Hueso, se han infiltrado en esta historia. Para aquellos que no lo sepan, la bilogía transcurre dos años después del final del último libro de la trilogía, Ruina y Ascenso, lo que significa que todos los hechos que rodean a los personajes de los cuervos han sido creados específicamente para la serie (obviando pequeños detalles que nos trasladan a las páginas de los libros, como puede ser el robo del cuadro de DeKappel o el encuentro de Kaz con Pekka Rollins). Y a pesar de que cambiasen totalmente el pasado de Nina (lo que le dolió a mi corazoncito), he de admitir que el guionista ha hecho un magnífico trabajo integrando los personajes a la historia y haciéndolos coetáneos. Además, esto también ha permitido a los fans presenciar escenas que habían rogado a la autora que ocurriesen, como el encuentro entre Inej y Alina, o el de Kaz con el Oscuro (Ben Barnes).
Y hablando del Oscuro, este apelativo que tanto nos gusta a los fans (junto con el de moi soverennyi) se usa bien poco en la serie. Los productores de #Netflix han querido humanizar a nuestro villano favorito, dándole el nombre de General Kirigan. Pero lo que más rabia me ha dado ha sido que desvelaran su verdadero nombre, Aleksander, tan a la ligera (¡venga ya, yo tuve que esperar tres libros para saberlo!).
Otro de los cambios más relevantes lo personifica la propia protagonista, Alina, interpretada por una actriz con ascendencia china. En los libros tan solo se menciona que procede de un pequeño pueblo cerca de Shu Han (que vendría a representar el continente asiático), pero nunca se la describe como medio Shu. Sin embargo, este cambio me ha sorprendido gratamente, porque le ayuda a dar forma al personaje de Alina, haciéndola incluso más ajena al mundo que la rodea antes de descubrir sus poderes como Invocadora del Sol. No me pareció tan acertado el cambio que hicieron con Mal (Archie Renaux), cuyo principal rasgo distintivo, unos penetrantes ojos azules, desaparece por completo. Pero eso no quiere decir que el actor no haya hecho un buen papel; al contrario, ha logrado que muchos de los lectores cojamos cariño a un personaje que despreciábamos (no me odiéis los fans de Malina).
El cambio que probablemente me haya decepcionado más de la serie tiene también que ver con estos dos personajes. La Alina del libro era una chica mucho más inocente e insegura, y se apoyaba en su amigo Mal para todo, quien era descrito a su vez como un joven mujeriego y seguro de sí mismo. Por el contrario, la serie representa a Mal como alguien no tan valiente; y a Alina como una chica atrevida y decidida, que defiende a sus amigos a capa y espada. Es más, ¿desde cuando era tan echada para adelante como para lanzarse a besar al Oscuro? Desde luego, más de uno nos quedamos a cuadros en esa escena sacada de la manga de los productores.
Siguiendo con esta línea de pensamiento, la relación entre Mal y Alina la han convertido en algo pasteloso. Es cierto que, en el #libro, al estar narrado en primera persona por #Alina, nunca llegamos a conocer realmente los sentimientos del rastreador hacia la Invocadora del Sol, pero de ahí a romantizar todo hay un gran abismo. Especialmente sabiendo que los poderes de Alina le daban miedo a Mal, y que él no la apoyaba tanto en eso de salvar el mundo.
Os dejo por aquí el tráiler de la serie para aquellos despistados que aún no lo hayáis visto.
En cuanto al ritmo de la #serie, me ha parecido que todo pasa demasiado rápido, pero eso es lo que tiene meter dos libros en ocho episodios: siempre va a haber cosas que no se incluyan, o que sucedan con más velocidad de la cuenta. En este sentido, eché de menos que profundizaran en lo fuera de lugar que se sentía Alina en el Pequeño Palacio, y lo poco que congeniaba con el resto de Grisha: aquí en la serie parece que Marie y Nadia son sus mejores amigas y que darían la vida por ella (como hizo Marie), cuando en realidad su amistad era falsa y Marie definitivamente no moría como su doble.
También apresuran demasiado el encuentro del amplificador, el ciervo de Morozova. Alina y Mal se pasan buscando el ciervo al menos un tercio del libro, lo que hace que realmente veamos el desarrollo de la relación de ambos personajes, y qué decir de la tensión sexual que se desprende de ella. Sin embargo, en la serie, en cinco minutos ya han dado con el amplificador, un amplificador que, en vez de convertirse en un bonito collar, pasa a formar parte de la propia Alina fusionándose con su piel, una imagen bastante desagradable, que no nos ha dejado indiferentes.
Tampoco puedo dejar de mencionar que no me gusta cómo Alina llega a conocer las verdaderas intenciones del Oscuro. En vez de ir descubriendo poco a poco los propósitos de los diferentes personajes por detalles que se van viendo a lo largo de la historia, en la serie nos lo dan masticado, probablemente por esa corta duración de ocho episodios de la que hablábamos.
Podría seguir mencionando diferencias y comparando el libro con la serie, episodio a episodio, pero me gusta más dejaros con la miel en los labios y así animaros a leer esta fantástica colección de libros y ver la serie (o releer y volver a hacer una maratón) para que descubráis por vosotros mismos todos estos cambios y más. Y sí, hay muchos, pero no puedo sino decir que me ha encantado lo que han hecho con el libro. Yo, desde luego, volveré a disfrutar de esta fantástica adaptación de Sombra y Hueso.
Gracias por llegar hasta aquí y por leernos una vez más en #SéptimoArteVital.
¡Nos vemos pronto!
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